(por Salvador Aznar)
Nota previa: puesto que he visto el artículo de Ramón sobre la Trobada y enlaces a algunas noticias sobre la cuestión, comparto aquí un artículo-reflexión que escribí y publiqué en mi blog personal hace unos días sobre la misma cuestión.
Hagamos un ejercicio de imaginación.
Imaginemos por un instante un país en el que el Gobierno invirtiera una gran cantidad de dinero público en la
construcción de grandes infraestructuras universitarias, llegando a tener incluso instalaciones universitarias punteras en el marco de la educación superior internacional.
Ahora imaginemos que ese mismo Gobierno, que tanto invierte en infraestructuras universitarias, dedicara una cantidad ridícula al sosteniminto de la educación primaria.
Si tras este ejercicio de imaginación han llegado a la misma conclusión que yo, ahora estarán pensando que no tiene lógica ninguna semejante proceder por parte de ese hipotético Gobierno, ¿verdad? De hecho estarán pensando que, más allá de la imaginación, no existe ese Gobierno.
Ahora pasemos a la realidad.
El 22 de junio era noticia en el diario El País que la Reina Sofía estuvo en Valencia -en compañía de Camps- inaugurando el nuevo Conservatorio Superior de Música Joaquín Rodrigo de Valencia. Unas obras que han costado 13,6 millones de euros y que tienen las siguientes características:
- Dos edificios con una superficie de 10.200 metros cuadrados.
- Auditorio con 474 butacas.
- Escenario de 240 metros cuadrados.
- Foso con capacidad para 70 músicos.
- La institución cuenta con 648 alumnos y 157 profesores.
De tal forma que el director del centro, Eduardo Montesinos, lo califica como uno de los "mejores de Europa y más funcionales".
Antes de continuar, conviene apuntar cuál es la estructura de las enseñanzas musicales. Lo más habitual es que un niño comience sus estudios musicales en la escuela de música de la banda de su pueblo o ciudad, los continúe en un Conservatorio de grado medio y, si quiere convertir la música en su profesión, concluya esos estudios en un Conservatorio Superior. En tal circunstancia, para que lleguen alumnos que quieran hacer de la música su profesión y, en consecuencia, estudien en un Conservatorio Superior, es fundamental que se aficione en una escuela de música y siga su formación en un buen Conservatorio de grado medio.
Precisada esa cuestión, sigamos con las noticias.
Entre los años 2001 y 2007 estuve cursando los estudios de Grado Medio de Trompa en el Conservatorio Profesional de Música de Elche -dependiente de la Generalitat Valenciana-. Para los que no conozcan las instalaciones, eran tres pabellones y una torre enclavados en mitad de un huerto de palmeras. Recuerdo que en las clases de orquesta, debido al tamaño del aula, si alguien entraba iniciada la clase o quería salir antes de que acabara la misma, debía hacerlo por la ventana porque no cabía ni un alfiler. También recuerdo que la acústica y el acondicionamiento de las aulas no eran precisamente de primer nivel.
En tales circunstancias, es lógico pensar que se necesitaba un nuevo Conservatorio. De hecho, la comunidad educativa llevaba años reivindicándolo. En los primeros cursos de mi etapa en ese Conservatorio, nos comunicaron la cesión por parte del Ayuntamiento de Elche de un terreno suficiente para que la Generalitat construyera el nuevo y necesario Conservatorio. Hace unas semanas volví a visitar el Conservatorio... y sigue en el huerto de palmeras.
Y un último tema antes de cerrar el artículo.
El Consell ha anunciado hoy, a través del Diari Oficial de la Comunitat Valenciana (DOCV), un recorte adicional del 30% (874.380 euros) para el presupuesto de las escuelas de música de la Comunidad Valenciana, que ya habían sufrido una rebaja del 34,7% este año con respecto a 2009.
Con ello, los 2.912.600 euros que se aprobaron en diciembre pasado, se quedan en 2.038.246. En el año 2009, se destinaron a las escuelas de música 4.465.274,29 euros con lo que el recorte presupuestario en 2010 alcanza un 54,35%.
Hay algunos datos que debemos tener en cuenta para valorar esta noticia:
La Generalitat Valenciana destina diez veces menos dinero a financiar las escuelas de música que Cataluña, según los datos proporcionados ayer por la federación de sociedades musicales de la Comunitat Valenciana. Cataluña concede 600 euros por alumnos, y el Consell, tras el recorte del 55% aplicado este año, dará 60 euros por educando en 2010. Pero no es sólo Cataluña. El Gobierno vasco casi cuadruplica las ayudas valencianas. Navarra las triplica. Y Madrid y Canarias, con 156 y 90 euros por alumno, superan ampliamente las ayudas del gobierno de Camps.
Y todo ello cobra mayor gravedad si tenemos en cuenta que los valencianos somos la primera potencia nacional, en capital humano, en el terreno musical. Observen los datos:
- De las 1.120 bandas de música que hay en España, el 47% están en la Comunidad Valenciana.
- De los 80.000 músicos que hay en España, 40.000 tocan en la Comunidad Valenciana.
- De los 150.000 alumnos en escuelas de música, el 40% estudia en la Comunidad Valenciana.
Dicho de otra forma:
La música en sus múltiples formas y manifestaciones es una de las artes más cultivadas en la Comunidad Valenciana. Forma parte de su cultura y es una de las artes que más le identifica como pueblo.
Estas palabras forman parte del Preámbulo de la Ley Valenciana de la Música, de 1998, aprobada cuando gobernaba la Comunidad Valenciana Eduardo Zaplana.
La situación es grave, muy grave. De hecho, se especula con el despido del 70% de la actual plantilla de unos 3.000 profesores -un servidor tiene todas las papeletas para encontrarse entre ese 70%- con los que cuentan las escuelas de música, así como con el cierre de al menos el 25% de las escuelas de música.
Y lo que es peor, muchos niños pueden quedarse sin posibilidades de acceso a las enseñanzas musicales. Pienso en Alejandra, Noelia, Rodrigo, Manuel, Reyes, Salva, Pablo, Diego, Marta, Paula, la otra Marta... Todos ellos, alumnos que he tenido el placer de tener conmigo este último curso. Los niños preguntaban en el último día de clase: "¿Profe, vas a volver al año que viene?". Y no quedaba más remedio que, con el corazón encogido y conteniendo las lágrimas, decir un simple "no lo sé".
El colectivo musical, como no podía ser de otra forma, se ha movilizado. El pasado domingo 20 de junio, tuvo lugar una jornada reivindicativa en Valencia, en la que se congregaron, según el diario El País, 8.000 personas. Quiero resaltar unos párrafos de la noticia:
Una veintena de miembros de la Filarmónica de Callosa del Segura extendieron una pancarta. En un extremo, una clave de sol. En el otro, un traje de músico. "No, no queremos decir nada, sólo que los trajes para la banda también los pagamos nosotros. Como los instrumentos. ¿Sabes cuanto cuesta un fagot? Un millón de pesetas. Seis mil euros que pagan las familias de su bolsillo sin ningún tipo de ayuda".
La FSMCV estima que las subvenciones públicas apenas permitirán cubrir un 12% del gasto ordinario de las escuelas públicas este año. Pero a Roque Illán, presidente de la Filarmónica de Callosa del Segura, las cuentas le salen aún peor. "Yo tengo poco más de cien alumnos y 14 profesores. Con 60 euros por alumno ingreso 6.000 euros y sólo los seguros sociales de los salarios de los 14 profesores suman 10.000. Eso está en las tablas". Illán estima que podrá cubrir el 8,5% de los costes de la escuela. "El 18 y el 19 rescindimos los contratos a los profesores, que son temporales. Ya veremos el año que viene...".
La Filarmónica de Callosa de Segura afronta, además, la competencia desde hace dos años de una nueva escuela de música municipal. "El Ayuntamiento lleva tres años sin pagarme las ayudas a la que tengo derecho. Hace tres años necesitaba dos aulas más. Las pedí al Ayuntamiento. Ya veremos, me dijeron. Y al año siguiente, abrieron la escuela municipal, una guardería con música. Resultado: De 180 alumnos, he pasado a 114 en este curso".
Resalto estos párrafos porque la Filármonica es una institución que conozco muy bien. A buen seguro, esos 20 miembros que extendieron la pancarta, son buenos amigos míos y también tengo el placer de contar con la amistad y el respeto del presidente, Roque Illán. Dice Roque en otras declaraciones recogidas por el diario El País que muchos de los socios de la Filarmónica son de derechas, queriendo decir con ello que no estamos ante un tema de color político. Y es bien cierto, pues conociendo como conozco a Roque, puedo decir que nuestras ideologías políticas son algo diferentes, hecho que no impide que suscriba totalmente sus denuncias en este tema.
He tenido la suerte de, ocasionalmente, ejercer la docencia en la escuela de música de la Filarmónica y recuerdo como, con mucho orgullo, tienen allí enmarcado el justificante del pago de la última mensualidad del préstamo que algunos de los músicos sacaron para la construcción de la que hoy es la sede de su escuela de música. Esfuerzo vano si ahora se abandonan a su suerte las escuelas de música.
En conclusión, ¿son necesarios los recortes en las cuentas públicas? Si. ¿Deben producirse esos recortes en la educación de los más pequeños? Mientras cada uno reflexiona sobre esta pregunta yo seguiré pensando qué será al curso que viene de Alejandra, Noelia, Rodrigo, Manuel, Diego, Pablo, Marta...
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